Tres Historias de Chamanes

(Gracias a RMA por corregir el estilo en julio de 1999)

Estas son tres historias sobre chamanes, que me aclararon varias dudas sobre principios oscuros del chamanismo.

Atención: Estas historias pueden ser muy instructivas, pero son por demás violentas. Si usted es de naturaleza impresionable, NO LAS LEA.

Repito, si es de naturaleza impresionable, no lea estas historias.


 

  • El lobo y La espada

 

Viajemos por un tiempo a la tierra del hielo, a esos lugares donde el sol se muestra durante seis meses, y el frío hace que las mujeres pierdan sus dientes al lavar la ropa, por la necesidad de morderla para ablandarla. En esos sitios donde el alma del hombre apenas empieza a conocer las armas del hombre blanco; en esas tierras donde la posesión mas preciada de un hombre son su rifle y sus perros.

¿De qué se viste el hombre de estas latitudes? De pieles de animales; ¿Qué come el hombre? Pescado.

En esa tierra no existen muchos animales, solo lobos, osos, y perros. Los perros son los amigos del hombre, los que cargan por él las cosas.

¿Qué sucede cuando el hombre tiene hambre y los ríos están congelados? ¿Qué puede hacer? En el momento en que el hombre decide cazar, se enfrenta a un serio problema: Los osos son muy fuertes físicamente: Enfrentarse a ellos con las manos desnudas o un cuchillo es suicidio, los preciados perros no pueden contra el gigante blanco, y las balas son demasiado caras y lentas contra el poder desatado de la naturaleza.

¿Qué le queda al hombre? Cazar a los lobos. Pero otra vez surge el mismo problema. Los lobos se mueven en manadas, impidiendo que un cazador solo pueda vencerlos; los lobos tienen la fuerza del número, y los perros son aliados de los lobos o incapaces de enfrentárseles. Y son demasiado valiosos para arriesgarlos.

Es entonces cuando los hombres deben salir a la caza, de una manera muy instructiva y que no se repite en ninguna otra parte del mundo. Como los osos nunca se acercarán a una trampa, y dominarlos puede ser difícil, las trampas se ponen a los lobos. El hombre unta un cuchillo de desollar con grasa de oso o de perro, y clava el cuchillo de 20 centímetros en la entrada de su casa, mientras el se encierra.

A la distancia el lobo huele la grasa, y va a buscar el oso. Pero qué sorpresa para el lobo, que encuentra al oso indefenso y quieto, un bocado perfecto. Y el lobo empieza a morder el cuchillo y a oler la sangre, sin darse cuenta que lo que come no es sangre de oso, sino sangre de lobo, y ataca con esa furia del que pelea por la vida, y se alimenta de su propia sangre, y se debate y no entiende porque el oso no muere y sigue peleando.

En la mañana, el hombre sale de su hogar y recoge el lobo muerto.

Cuentan las leyendas que los lobos que abandonan su propia sangre, volverán a esta tierra como chamanes.

 

  • La caza del mono

 

Viajemos al corazón de las selvas africanas, al lugar donde existen los tigres y los leones, donde los elefantes son los reyes de la selva, y la huella de hombre no ha profanado la naturaleza, donde los aborígenes comen a la luz de las hogueras y duermen en chozas o en el copa de los árboles.

Pero, ¿qué pueden las lanzas contra un tigre o un león? Por cada animal muerto mueren tres hombres; la tribu no puede arriesgar a su gente; el elefante cae en trampas mas fácilmente, pero no tiene caso matar a un animal con la piel tan dura y difícil de comer, y las cebras veloces son imposibles de atrapar.

Pero está el pequeño demonio, lo que los hombres blancos llamamos monitos, chimpancés, o changos.

Animales pequeños de carne suave y que no pueden pelear contra el hombre, pero demasiado rápidos para ser capturados.

Entonces el hombre crea una trampa, hace hoyos en una calabaza o sandía, creando en la fruta huecos como los que vemos en una calabaza de halloween, con triángulos en los ojos. Dentro de la calabaza, el hombre deja cacahuetes, fresas y nueces, y se va.

En la noche llega el monito, mete su pequeña mano y toma los cacahuetes, y oh sorpresa, cuando trata de sacar la mano, la mano llena no puede salir. Y el monito no piensa siquiera en soltar los cacahuetes, y queda ahí, aprisionado, cuando realmente esta libre. La calabaza es demasiado pesada para arrastrarla o romperla, y el monito que no puede soltarse, trata de hacer fuerza metiendo la otra mano en otro triángulo, agarrando mas cacahuetes.

En la mañana, un solo hombre puede matar a veinte monos con este método, dando comida a toda su tribu.

 

  • Mamilapinatapei, o el fuego del amor.

 

Mamilapinatapei, es la palabra mas difícil de explicar que existe. Se usa en la tierra del fuego para referirse a una pareja de jóvenes que esta mirándose, deseando que el otro ofrezca hacer algo que los dos desean, y que ninguno de los dos está dispuesto a hacer.

Cuando los esquimales notan en algunos jóvenes estas miradas, se crea un grave problema; por un lado las conveniencias sociales, y por otro, las leyes que no pueden romperse y que pueden hacer desgraciado a todo un pueblo. Es entonces cuando el chamán toma la decisión; o mandar al hombre desterrado a las llanuras de hielo, u obligar a los jóvenes a elegir entre la muerte y volverse chamanes a través del amor.

¿Cómo se hace esto? Se cava una fosa de dos metros de profundidad en la nieve, se desnuda a los dos jóvenes, y se les arroja al pozo. Si no existe el amor, en la mañana se llena la fosa con nieve, y se sepultan los cadáveres; si hay amor, los dos jóvenes serán pareja hasta el fin de sus días y, cuando el chamán muera, ellos serán los que ejecuten las danzas rituales y las curaciones.


Alfonso Orozco – Mayo 1999